Casarse a los 50
Vamos a hablar de las características del amor en esta etapa particular de la vida. Muchas veces al estar frente a las sensaciones y emociones de este amor más consciente y maduro se escucha: “Esto es amor, no lo que viví antes con fulanito”.
El detalle es que, aquello era amor, era el amor posible de ese momento, el que podían vivir, tu pareja anterior y el que podías vivir vos, con los aciertos, los desaciertos, con la sabiduría de cada uno de aquel momento y también con las limitaciones que ambos tenían. A esta altura de la vida, hay una alegría por el encuentro, por el hecho de dejar atrás una etapa de soledad para volver al encuentro de vivir o volver a vivir la vida de a dos. Iniciada la quinta década, ya se han pasado algunos dolores y desilusiones y nadie se presta a desacuerdos, ni peleas inútiles. Lo que se desea es disfrutar a full la vida. Las arrugas no vienen solas, vienen con sabiduría, y nos encontramos con que en esta etapa, el enamoramiento dura menos y; la fuerza de esta pasión deja lugar a la profundidad de un sentimiento: el amor, para luego tener reenamoramientos ocasionales dentro de la pareja. Ya no vemos al otro como nos gustaría que sea, ó según lo que queremos o precisamos, vemos al otro como es, y no solo no queremos cambiarlo, sino que celebramos que sea así… El amor de esta etapa tiene que ver con disfrutar lo posible, y dejar de pedirle imposibles…. Es un amor la mayoría de las veces más consciente, donde una mujer puede sentirse afortunada de vivir esta historia, y de ser junto a su pareja los protagonistas, y sentirse elegidos… Un encuentro donde ambos ejercen la autenticidad, han conquistado el autoconocimiento y han pasado por algunos duelos, entre ellos, el saber que “el amor no es para siempre” y de esa forma reconocen la importancia de cuidar ese amor. Y de cada día… volver a elegirse. Es reparar. La otra vez no pudo ser. Esta vez sí. Es apostar. A veces, volver a apostar. Por supuesto que estas mismas sensaciones, emociones y sentimientos pueden vivirse sin necesidad de casarse o pasar por el Registro Civil. La Reforma del Código Civil hoy en día equipara muchas cuestiones al matrimonio y a la unión convivencial. Entonces, enumero aquí algunos de los móviles y las expectativas que llevan a una pareja a contraer matrimonio: Es cumplir un sueño, “quise casarme de joven, no pude, me caso ahora”. El vestido, la fiesta, la movida de un casamiento. A veces, puede estar relacionado con cuestiones prácticas económicas: el deseo de estar protegido, o de proteger al cónyuge: frente a hijos de uniones anteriores, para dejar herencia, o diversificarla. Cuestiones previsionales y de obra social o seguro médico. Por traslados a otros países, donde para obtener documentación legal local, estar casados facilita los trámites. Para que la propiedad donde conviven, en caso de fallecimiento de uno de los miembros de la pareja, pueda usufructuarla el cónyugue sobreviviente. Por cuestiones religiosas. Por tener la ilusión que cuando hay casamiento el vínculo es más fuerte, más serio ó más comprometido.
Lo cierto es que, con casamiento o sin él, siempre vale la pena apostar al amor.